Llueve y se empaña el abismo
en el que me encuentro,
cada gota me arrastra al
mundo tenue que me mata
sin compasión.
Llueve y todo se borra,
todo menos vos,
vos que estás en cada carpeta.
Llueve y el olor de tu cuerpo
se disfraza con el incienso y
chispeantemente vuelvo a
secarme.
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